Con su melena verde cayendo en cascada y hamacado por el viento generalmente a orillas del agua, el sauce llorón es una de las especies de sauces más vistas en el mundo. Árboles valorados por los sabios griegos ya desde tiempos remotos, cuya corteza posee un extracto que dio origen a la Aspirina…
Por sus propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antipiréticas, diversas especies de sauces han sido usadas por la medicina popular para aliviar la gripe, la fiebre, el reumatismo, dolores de cabeza o de articulaciones.
Sauces
Se conocen como sauces a diferentes especies del género Salix, siendo el sauce llorón (Salix babylonica) la más conocida, un árbol originario de Asia pero muy presente en otras regiones del mundo, como ser Europa, norte de África o varios países de América.
A menudo, los sauces aparecen inclinados hacia los lagos y ríos o también ornamentando los jardínes con su tupido follaje de ramas colgantes y movedizas, hojas verdes y florcitas amarillentas.
Otras especies de sauces
Además del sauce llorón, existen cientos de especies de sauces, como ser:
- Sauce blanco (Salix alba)
- Sauce criollo/Sauce chileno/Sauce amargo/Sauce colorado (Salix humboldtiana Wild)
- Sauce negro (Salix nigra)
- Sauce laurifolio/Mimbrera (Salix pentantra)
- Sauce cabruno (Salix viminalis)
- Sauce ceniciento (Salix cinerea)
Usos y propiedades medicinales del sauce
Varias especies de sauces han sido indicadas por médicos de la Antigua Grecia y de la Edad Media, curanderos e indios nativos de América u otras variadas culturas del mundo, para combatir dolores, fiebres, gripes o problemas reumáticos.
El médico y botánico griego Dioscórides (Siglo I d.C.) destacaba sus bondades para el tratamiento de enfermedades inflamatorias o la gota (un tipo de artritis). Hipócrates sugería el uso de la corteza de sauce blanco para calmar dolores y bajar la fiebre.
Y el médico también griego Galeno describió su acción antinflamatoria y antipirética (para reducir la fiebre).
También se empleó como analgésico natural por habitantes de la antigua región de Asiria o del viejo Egipto.
Aborígenes de Norteamérica, como los houmas, alabamas o chicka-saws, utilizaban la raíz y la corteza para aliviar fiebres, reumatismo, dolores de cabeza y musculares.
En la Edad Media, de acuerdo con la teoría de los semejantes, dado que el sauce habita comúnmente «con los pies mojados», se le atribuía la capacidad de curar enfermedades originadas por la humedad, como ser el reumatismo, así como la fiebre, gripe o dolores articulares.
Dentro del ámbito académico, en 1763 el reverendo Edward Stone expuso a la Real Sociedad de Medicina de Inglaterra unos 50 casos de curación, utilizando un extracto de sauce blanco para reducir la fiebre.
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El sauce, una de las «raíces» de la Aspirina
Si bien las propiedades curativas del extracto de la corteza de sauce se conocían desde antaño y eran usadas por diferentes pueblos alrededor del globo, recién en el siglo XIX pasó a formar parte de un famoso remedio químico.
En su origen, la Aspirina de Bayer se extraía del sauce blanco (Salix alba), la ulmaria (Filipendula ulmaria), la gaulteria (Gaultheria sp.), entre otros compuestos, antes de ser sintetizado químicamente hacia fines de 1800.
El principio activo de la corteza del sauce es la salicina.
En 1852 se obtuvo la salicina cristalizada y luego, el ácido salicílico.
Un año después el francés Charles Frederic Gerhardt creó el ácido acetilsalicílico, a partir de la neutralización del ácido salicílico.
En 1876 la revista The Lancet publicó el caso de Thomas Maclagan, médico escocés que usó la salicina para tratar pacientes con reumatismo.
Luego, Félix Hoffmann, químico de la farmacéutica Bayer, redescubrió la fórmula de Gerhardt y trabajó con ella, administrándosela a su padre en 1899 para el alivio del dolor artrítico.
Dado el éxito curativo de ese preparado, Hoffmann convenció a la farmacéutica para fabricar un nuevo medicamento. Poco después, se registró y patentó el ácido acetilsalicílico, rebautizado como Aspirina. Al principio, se vendía en polvo y más adelante, en forma de tabletas.
¿Bondades del sauce llorón como alternativa natural a la Aspirina?
Un grupo de estudiantes del Liceo de Cebollatí (Rocha, Uruguay) realizó en 2008 un estudio sobre las propiedades antirreumáticas y antiinflamatorias de la corteza del sauce llorón y del sauce criollo.
Después de cortar la corteza en pequeños trozos y hervir 250 gramos en 2 litros de agua durante 1 hora, y tras efectuar una serie de procedimientos, los liceales concluyeron:
«… la infusión de corteza de sauce es un buen antiinflamatorio y antirreumático y su uso y contraindicaciones son los mismos que para la aspirina (en este caso su componente principal que es el ácido salicílico). Como todo medicamento se debe consultar al médico antes de tomarlo«.
Modos de uso
Las partes usadas, a la que se les atribuyen sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias, son la corteza del árbol (ya sea seca o fresca, de ramas, tallo o raíz), así como sus hojas y ramas.
En la medicina popular se emplean las cortezas de ramas de al menos 3 años de edad (o las cortezas de la raíz). Se separan del leño y ponen a secar.
- Infusión de 20 gramos de hojas jóvenes en 1 litro de agua. 3 tazas por día.
- Decocción de 40 gramos de la corteza seca por litro de agua. 3 vasos al día antes de comer.
- En uso externo, el sauce sirve para curar callos o verrugas. Se aplica un trozo de corteza húmedo sobre el área afectada.
Advertencias
- No se recomienda su uso en niños ni en personas que no puedan tomar aspirinas.
- Tampoco personas con problemas de coagulación, hemorragias intestinales, úlceras gástricas, asma, problemas renales o hepáticos, entre otras reacciones estomacales causadas por su uso.
- Al principio, se indican dosis muy bajas para así comprobar la tolerancia del cuerpo.
- No actúa de modo tan rápido como la aspirina. Por ello, se sugiere prolongar un tiempo el tratamiento para obtener un efecto.
Fuentes consultadas:
- ‘Plantas y compuestos importantes para la medicina: los sauces, los salicilatos y la aspirina’ – Revista de Fitoterapia
- ‘La aspirina: un medicamento centenario’ – José María Rodríguez Tejerina
- Botanical-online